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La visita de Estado de los Reyes a Gran Bretaña

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Hay temas que los británicos, a pesar de sus idiosincracias a veces incomprensibles, aun dominan a la perfección y dan al mundo un ejemplo. La frase promocional del agente 007, James Bond, ‘Nobody does it better’ -‘nadie lo hace mejor’- lo resume perfectamente. Y desde las primeras horas de la visita de los Reyes a Londres el mes pasado pudimos comprobar lo bien que organizan las visitas de Estado los británicos, y lo bienvenidos que son los visitantes, sobre todo cuando se trata de miembros de la realeza europeos.

Felipe VI junto a Isabel II, camino a Buckingham Palace

Tal vez la mejor imagen fue la cabalgata en carroza por la avenida hacia Buckingham Palace, con los Reyes de España honrados, protegidos y escoltados a la perfección por la policía y los militares, dando al evento un sentido de gran importancia no solo protocolaria sino diplomática. Allí en las calles los turistas de todo el mundo y habitantes londinenses de varias razas -esa gran mezcla cultura que es la capital inglesa- se volcó para que los Reyes se sintiesen además de rodeados de una gran profesionalidad, en su casa.
No sería igual el recibimento de cualquier Jefe de Estado. Sin duda el Foreign Office suspiró con cierto alivio ante el hecho de que eran los Monarcas españoles que esaban en visita de Estado en 2017 en vez del presidente Trump, que desde hace tiempo había amenazado con una visita de Estado en estos tiempos, visita que sin duda hubiese sido recibida con grandes protestas callejeras.

Solo había que seguir la cuenta de twitter del embajador británico en Madrid, Simon Manley, y los comentarios de la BBC y el Times para darse cuenta de que el sistema anglosajón estaba bien entregado a contribuir para que la visita de los Reyes fuese todo un éxito, como así fue. Hay que recordar que la visita se debió haber llevado a cabo en el 2016 pero tuvo que ser aplazada ya que en aquel momento no había un consenso político para formar un gobierno en España, y se consideró que el Rey Felipe tenía el deber de quedarse en Madrid.

Aunque el aplazamiento se consideró innecesario y provocó grandes dolores de cabeza en ciertos círculos diplomáticos de ambos países, el disgusto duró poco, ya que pronto se restablecieron contactos de recomposición a través de embajadas y palacios. Sirvió de puente extraoficial la presencia a pocas semanas de la postergación, de la Reina Sofía y de Su Alteza el Príncipe Andrew, Duque de York, en la celebración, en el legendario Hotel Dorchester de Londres, del centenario de la British-Spanish Society, fundación sin ánimo de lucro que promociona los lazos culturales y educativos entre ambos países. Como presidente de la British-Spanish Society, fue un honor personal presenciar el caluroso recibimiento de nuestros invitados de honor por parte de más de 400 comensales británicos hispanistas y españoles anglófilos -todos socios y amigos de la Society y procedentes de sectores muy amplios, desde el mundo financiero y empresarial hasta al mundo académico y artístico.

S.M. el Rey durante su intervención en la Cámara de los Comunes

Fue un ambiente transversal y acogedor, muy similar al que marcó el gran banquete ofrecido por el mundo empresarial y cultural británico al Rey Felipe y la Reina Letizia en el Guildhall, de La City. Sirvió para recordar que las relaciones bilaterales son fuertes y que pueden o deberían servir como contrapeso a cualquier tendencia hacia una confrontación entre el Reino Unido y la Unión Europea.

La cena ofrecida por la Reina Isabel en el Palacio de Buckingham y los discursos que dieron el Rey Felipe y sus anfitriones en el parlamento dejaron por lo menos una plataforma más sólida sobre la cual se podía avanzar en los próximos meses ya que no interesa ni a un país ni al otro que haya una ruptura. Se recordó durante la visita que cada año millones de turistas disfrutan de la libertad de movimiento; que los ingleses visitan España en mayor proporción que los ciudadanos de cualquier otra nacionalidad, y muchos tienen casas allí; que  la economía del Reino Unido se ha visto reforzada por la inversión de grandes compañías españolas como Santander, Iberdrola, Ferrovial y Telefónica, todas actores de primer orden en sus respectivos sectores a nivel internacional. Por otro lado, estudiantes y trabajadores españoles han contribuido a la mejora de la sociedad inglesa, cooperando en investigación cientifica, trabajando como médicos y enfermeros en el Servicio Nacional de Salud, y enriqueciendo la vida cultural desde Tamara Rojo hasta las grandes exposiciones de arte.

Los Reyes conversan con investigadores del Instituto Francis Crick

Ojalá que esta visita de Estado contribuya a reforzar ese puente europeo que favorece no sólo los intereses de ambos países sino de todo el mundo democrático, con un espíritu de apertura y libre de prejuicios. A pesar de que en un momento previo a la visita se circuló el rumor de que iba a haber una manifestación por parte de ciertos Tories y llanitos sobre Gibraltar, no fue así. En vez de manifestación, hubo dos frases sobre el tema que pronunció el rey Felipe apoyando la necesidad de dialogar y llegar a un consenso, de gran sensibilidad y pragmatismo, reflejando tal vez que la diplomacia que lleva Dastis no es la que llevó Margallo. El Rey echó agua a posibles fuegos, no hubo desplantes y los tabloides británicos más reaccionarios en el tema se quedaron atenuados, al igual que Picardo.
La visita sirvió como ejemplo de la amistad que une a las Familias Reales de ambos países con sus raíces históricas pero también en un contexto de evolución social y política. Aunque la anftriona principal de la visita fue la Reina Isabel, ya de una edad muy avanzada, también estuvieron presentes en varios puntos del programa tanto sus hijos como sus nietos, y esto sirvió para enlazar con la modernidad y la juventud de los Reyes Españoles, esto es, una apuesta al futuro además de un respeto por el pasado.
Afortunadamente, en el Reino Unido a los españoles aun les tienen respeto y afecto como bien demonstraron las palabras de varias personalidades durante la visita, incluyendo la Reina Isabel, la primera ministra Teresa May, y el ministro de exteriores Boris Johnson.

Eso sí, el Brexit, como escribieron el mes pasado un grupo mixto de parlamentarios europeos en el Guardian, “proyecta una oscura sombra de inconcreción e incertidumbre sobre millones de europeos”. Pero la visita de Estado del Rey Felipe y la Reina Letizia al Reino Unido sirvió como recordatorio no sólo de cuánto debe a Europa la democracia española, sino de que la fuerte relación bilateral entre ambos países se hizo posible por ser ambos miembros de la Unión Europea.

Jimmy Burns Marañon es Presidente de la British-Spanish Society